Cuando escuchas la palabra “electricidad estática”, quizá pienses en esa chispa molesta al tocar una puerta o al rozar la ropa. Parece inofensiva, ¿cierto? Pero en la industria, esa misma descarga puede ser un desastre silencioso: dañar circuitos electrónicos, afectar la calidad de medicamentos, o incluso provocar un incendio en áreas con químicos inflamables.
Los pisos ESD (Electrostatic Discharge) están diseñados justamente para evitar eso. Funcionan como una ruta de escape controlada para la electricidad estática, evitando que se acumule y genere descargas peligrosas.
¿Dónde se necesitan más?
Estos pisos no son para cualquier lugar, pero sí son críticos en sectores donde un simple chispazo puede costar millones:
- Electrónica: ensamblaje de componentes y semiconductores.
- Farmacéutica: laboratorios y producción de medicamentos sensibles.
- Hospitales: quirófanos, laboratorios y salas con equipos especializados.
- Centros de datos: servidores y salas de cómputo.
La clave está en la prevención
Un piso ESD no se ve diferente a uno normal, pero su función es vital: proteger personas, productos y equipos. Es como un seguro invisible que mantiene bajo control algo que no puedes ver, pero que sí puede detener tu producción.
En pocas palabras: los pisos ESD no son un lujo, son una necesidad en industrias donde la electricidad estática puede causar daños que no se ven… hasta que ya es demasiado tarde.
En Grupo Ceyrsa te ayudamos a identificar si tu planta necesita un piso ESD y a instalar la solución adecuada.
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